Los bosques primarios y recursos naturales son una fuente de riqueza ambiental y económica que hay que proteger para que perdure para las siguientes generaciones. La explotación sostenible de recursos naturales en zonas limítrofes permiten compaginar el crecimiento económico con la protección de estos espacios naturales. Los cultivos intensivos, explotaciones ganaderas y madereras son ejemplos de explotación de recursos muy agresivas que destruyen estos ecosistemas tan vulnerables. Las grandes corporaciones, los gobiernos y las comunidades locales buscan en estas explotaciones una fuente rápida de ingresos, sin preocuparse por las consecuencias negativas a medio y largo plazo.